viernes, 1 de septiembre de 2017

Secretos de belleza BYL: cómo cuidar el cabello

Aunque muchas de vosotras ya estaréis de vuelta en vuestra residencia habitual, todavía queda tiempo para darse un chapuzón en la playa o la piscina y, es ahí, donde nuestro cabello sufre más que nunca. Los baños en el mar, el sol, la sal y el cloro lo estropean poco. 

Aunque el mar ( que no la piscina) también tiene cosas buenas. Para los que tenemos dermatitis seborreica es el mejor tratamiento. No hay mejor crema libre de corticoides que un buen baño en agua salada. Es mano de santo y el tratamiento recomendado por mi dermatólogo desde hace muchos años. Eso sí, siempre que tomemos el sol con la protección adecuada.

Y ahora os traslado algunos tips que yo practico para cuidar el cabello:

- Champús y productos sin sulfatos y sin siliconas: es fundamental que compremos los productos libres de químicos que se quedan pegados en el cuero cabelludo. Muchos de ellos son fruto de los componentes de los champús y de la espuma que generan.

Antes de empezar a utilizarlos me lavaba el pelo casa dos días (y el segundo día estaba literalmente pegado a la cabeza, me daban ganas de poner un cartel diciendo sí, me lavo el pelo pero lo tengo graso). Seguro que muchas me entenderéis... Llevo cuatro años usando los champús de Leonor Greyl que me recomendaron en Cheska y no sé si por ellos y por el embarazo, ahora me lo lavo cada cinco días y a veces una vez a la semana. ¡Demostrado! 



Hay muchas marcas en el mercado que ya tienen este tipo de champús por lo es facial encontrarlas. En cuanto al precio, es verdad que son mucho más caros que los de supermercado, pero a la larga cunden mucho más. Un bote te dura unos 9 meses. Al principio notaréis que no hacen espuma por lo que parece que no te lo estás lavando bien. No os preocupéis y continuad usándolos. Los efectos se notan a la larga. 

De Leonor Greyl he probado el bambú que deja el pelo sedoso, el própolis que lo uso cuando tengo descamación y el que tienen para raíces grasas y puntas secas que usaba al principio.

- Aclarado: es algo que no suelo hacer bien por las prisas. Hay que tener mucha paciencia y aclararlo hasta que suene. Si no, el pelo se ensuciará antes.

Ayer leí en Instagram un artículo de Vogue en el que Claudia di Paolo recomendaba empezar el lavado con agua tibia para dejar que los poros se abran y los productos penetren mejor y finalizar con agua fría para que el cabello esté más luminoso. Este truco ya lo he puesto en práctica está mañana y funciona.

- Exfoliación: en épocas de estrés mi cuero cabelludo se suele descamar y aparece la llamada caspa unida a los picores. ¡Es horrible! Para remediarlo tengo dos opciones:  

Realizar una exfoliación suave añadiéndole azúcar moreno al champú en casa. Eficaz, suave y económico. También es un truco de Cheska.

El otro es visitar la peluquería Ángela Navarro de Madrid para hacer una exfoliación, tónico e hidratación del cuero cabelludo. En una pantalla te muestran cómo está y si asombra ver la cantidad de residuos que tenemos. Cuando sales sientes el pelo superlimpio y sin un solo picor.

- Hidratación: en verano utilizo siempre un aceite natural. El de Leonor Greyl me lo
Recomendaron en la peluquería Madison Eduardo Sánchez de La calle Marceliano Santa María de Madrid. Es perfecto para proteger el cabello del sol y huele genial. Se aplica cuando estás tomando el sol como un protector solar. Al principio parece que se queda algo pegajoso, pero al cabo de 10 minutos se seca y no se nota. Después de lavar el pelo queda muy suave. 

Lo combino también con un de argán para fijar el peinado. 

-Secado: en verano descansar del secador. Me hago tirabuzones con el dedo y lo dejo secar al aire para que descanse del calor de los secadores y planchas. 

Como no tengo el pelo seco no suelo usar mascarillas, pero la de Jazmín de Leonor Greyl es estupenda si la necesitáis.



¿Algún consejo más?


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