El viernes pasado acudí al evento que organizaba Bimbo con su nuevo pan Oroweat con motivo del día de San Valentín.
Era un evento para singles, con la finalidad de que nadie pasase solo ese día. Bimbo propuso a los singles (que se habían inscrito previamente en las redes sociales), que creasen su propio sándwich del amor para disfrutar de una primera cita de los más especial.
El evento contó con un padrino de lujo, el gran chef Darío Barrio, una persona encantadora y que animó el evento hasta el final.
Darío, nos desveló los ingredientes de su sándwich del amor: rúcula para la confianza, huevo para la sinceridad, zanahoria para el romanticismo, pimienta rosa para la pasión, aguacate para la comunicación y pipas de girasol para el respeto.
¡La verdad es que estaba buenísimo!
Una de las cosas que valora en un sándwich es que no sea homogéneo y que disfrutes en cada bocado de diferentes sabores.
Y después de probar el sándwich del amor nos pusimos todos manos a la obra e intentamos crear nuestro propio sándwich. Algo más difícila de lo que parece en tan poco tiempo.
Una cosa que no me gustaba de los panes disponibles hasta ahora era su tamaño. Las rebanadas no eran lo suficientemente grandes como para poder soportar todos los ingredientes que necesita un sándwich.
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