Hoy seguimos en Jordania y lo hacemos en su capital Ammán.
Existen vuelos directos entre Madrid y Ammán de Royal Jordanian. Es un viaje cómodo que dura unas seis horas.
Cuando lleguéis al aeropuerto, tendréis que cambiar dinero antes de pasar el control de aduanas. Es necesario para pagar el visado.
De ahí, cogéis un taxi en el aeropuerto y en veinte minutos, media hora estaréis en Ammán.
La capital no tiene mucos monumentos para ver, si la comparamos con el resto del país ( teatro romano, la ciudadela....) pero tiene cierto encanto a pesar de ser un poco caótica. Está construida en círculos y es como os orientaréis.
Eso sí, olvidaros de caminar, en Ammán casi no hay aceras porque está construida sobre colinas. Sí se puede pasear en el centro.
Otra cosa es cruzar la calle. No hay pasos peatonales, así que hay que atreverse y lanzarse poniendo la mano en alto.
Coger un taxi en la calle es mucho más barato que en el hotel. Hay que acordar antes el precio y el destino con el taxista, ya que en muchos casos no os entenderán si sabrán dónde queréis ir.
Para comprar cosas típicas lo mejor es ir al centro. También hay centros comerciales modernos donde encontraréis cosas occidentales.
La plata, las especias, los pistachos... son productos que merece la pena comprar.
Estos bolsos de nacar son típicos y no sabéis lo que nos costó encontrarlos en Ammán. Al final, y por extraño que parezca, donde los conseguimos más baratos fue en la tienda del hotel Intercontinental.
No los tienen en todos lo sitios porque los consideran algo más exclusivo. Eso sí, olvidaros de comprar en las tiendas de las áreas de servicio de las carreteras. ¡Son carísimas! El mismo objeto puede triplicar el precio.
La plata y el oro la venden al peso, por lo que hay que comparar el precio del gramo. Hay que tener cuidado porque hay oro y plata falso, aunque suelen identificarlo.
Y acordaros de regatear y regatear, una buena compra os puede llevar más de media hora, pero si sois buenos negociantes lo conseguiréis por la tercera parte de lo que os pedían (nosotros íbamos con un superexperto que nos lo demostró).
Una cosa muy curiosa es que los cafés y teterías no se encuentran a pie de calle, están en pisos altos y no están anunciados. Es mejor que preguntéis en una tienda dónde hay uno porque si no no lo encontraréis.
En cuanto a la comida, todo está riquísimo. El falafel, el pan de pita, el cordero, los quesos....
Pero de todo esto mi plato preferido fue el hummus. En España no me suele gustar mucho, pero allí ¡está expectacular!
¿Alguna recomendación más?
Today we continue visiting Jordan. We are in its capital, Ammán.